MEDITACIÓN
CRISTIANA PARA CADA DÍA DEL AÑO
4 de septiembre
Abogado tenemos
"Y si alguno hubiere pecado, abogado tenemos para
con el Padre, a Jesucristo el justo" (1ª Juan 2:1).
El ministerio del Señor Jesús a favor de
nosotros no terminó en la cruz del Calvario. En dos de las últimas epístolas
del Nuevo Testamento se nos muestran dos ministerios preciosos del Señor Jesús
más allá de la cruz.
Hebreos nos muestra a Jesús como nuestro
sumo sacerdote a la diestra de Dios, y aquí en 1ª Juan se nos muestra como
abogado.
A causa de que nosotros pecamos, y somos
constituidos reos de muerte –la paga del pecado es muerte–,
necesitamos un abogado. Abogado es aquel que se pone al lado del reo para
defenderlo en el tribunal, delante del juez. El abogado tiene simpatía por el
reo, conoce su delito, y busca
Sin embargo, la palabra abogado no dice todo
lo que la palabra parakletos griega significa.
Abogado es una posible traducción, pero no es todo lo que aquélla significa.
Esta misma palabra se traduce en el Evangelio de Juan 14 como consolador. Parakletos significa, entonces, consolador, y también 'el
que exhorta o alienta, el que se pone al lado de otro'.
En realidad, este parakletos
que es Cristo a la diestra de Dios completa y complementa el servicio del
Espíritu Santo –el otro parakletos– en
nosotros. Uno ministra en el cielo y el otro en
Esto asegura totalmente nuestra suerte. Nada
hay que dé más seguridad al creyente el hecho de que ahora, en este mismo
momento de dificultad y zozobra, aquí en este mundo hostil y enemigo, tengamos
tan poderoso socorro. No sólo está la obra de la cruz, perfecta en su eficacia
para reconciliarnos con Dios, sino que también tenemos ésta, que asegura
nuestro corazón mientras llegamos a nuestro definitivo hogar.
En las olimpíadas de