MEDITACIÓN
CRISTIANA PARA CADA DÍA DEL AÑO
28 de octubre
A nadie vieron sino a Jesús solo
"Y he aquí les aparecieron Moisés y Elías … y he aquí una voz desde la nube, que decía:
Este es mi hijo amado, que decía: este es mi hijo amado, en quien tengo
complacencia; a él oíd. Al oír esto los discípulos, se postraron sobre sus
rostros, y tuvieron gran temor. Entonces Jesús se acercó y los tocó, y dijo:
Levantaos, y no temáis. Y alzando ellos los ojos, a nadie vieron sino a Jesús
solo" (Mat. 17:3-5b-8).
---En
el monte de la transfiguración, donde por un período de tiempo la gloria del
Hijo del Hombre pudo ser contemplada por tres de sus discípulos, no solamente
estuvieron Pedro, Jacobo y Juan, sino que también les aparecieron Moisés y
Elías.
---¡Qué
gran visión tuvieron aquellos discípulos aquel día! Con su Maestro, vieron a
Moisés, que representaba la ley de Dios, y a Elías, que representa a los
profetas. En cierta ocasión el Señor dijo: "De estos dos mandamientos
depende toda la ley y los profetas" (Mat. 22:40); y ahora, el
representante de la ley y el de los profetas estaban a su lado, hablando con
Él.
---Ante
tal visión, los discípulos tuvieron gran temor, y Pedro, sin saber lo que
decía, propuso hacer tres enramadas: una para el Señor, una para Moisés y otra
para Elías. Mientras Pedro pronunciaba estas palabras, una nube los cubrió y la
voz del Padre, que no reconoce a nadie a no ser su bendito Hijo, proclamó:
"Este es mi Hijo amado, a él oíd". Pasada la visión y la voz, vieron
solamente a Jesús.
---Así,
de hecho, encontramos aquí dos visiones:
---La
primera impresión en las mentes de los apóstoles, al mirar alrededor, fue de
silencio, pues aquella voz no se oía más; fue de soledad, pues Moisés y Elías
se habían retirado. Ahora lo inusual había pasado, la impresión en sus mentes
era de que todo alrededor era normal. La respuesta a
esa primera impresión la encontraron en la presencia de 'Jesús solo', pues
aunque la voz desde la nube no se escuchaba más, las palabras del Señor fueron
oídas. Si Moisés y Elías pasaron, Él permaneció como el perpetuo Compañero.
---Si
lo inusual había terminado, empezaron a percibir que ahora estaban en la
presencia de Alguien que podía cambiar lo normal en inusual; Alguien que podría
bajar con ellos hasta el valle y acompañarlos en la vida del hogar y en el
servicio de los años venideros, hasta el final. Él podía tocar las cosas
comunes de la vida y hacerlas brillar con esplendor, así como Su cuerpo de
humillación brilló con gloria sobre el monte de