MEDITACIÓN
CRISTIANA PARA CADA DÍA DEL AÑO
25 de octubre
Dos formas de riego
"La tierra a la cual entras para tomarla no es
como la tierra de Egipto de donde habías salido, donde sembrabas tu semilla, y
regabas con tu pie, como huerto de hortaliza. La tierra a la cual pasáis para
tomarla es tierra de montes y de vegas, que bebe las aguas de la lluvia del
cielo" (Deuteronomio 11:10-11).
---En
estos versículos Dios compara la tierra de Egipto con la de Canaán en un
aspecto muy significativo: la provisión de agua para los sembradíos. Los judíos
en Egipto tenían que labrar la tierra según el régimen de canales de regadío
procedentes del río Nilo. En Canaán, ellos deberían aprender el régimen de las
lluvias.
---El
agua tenía dos fuentes muy diferentes: el Nilo, y el cielo. Los labriegos
debían, en el primer caso, utilizar su pie; en el segundo, nada... salvo
esperar en Dios. En Egipto había que mirar el suelo; en Canaán había que mirar
hacia el cielo.
---Espiritualmente,
estas dos formas de riego nos hablan muy claramente acerca de dos formas de
sustento. La primera, es la forma usual en el mundo, y descansa en el ingenio
humano, en el trabajo del hombre. La segunda es la forma que Dios ha provisto
para su pueblo, y es una tácita declaración de dependencia de él, de sus
recursos.
---Lo
primero es, desde el punto de vista humano, más fácil y seguro, porque depende
absolutamente de nosotros. Lo segundo, nos hace depender de Dios, de su
misericordia cada día. En Egipto, Israel podía obtener con cierta seguridad el
pan, porque dependía de ellos, sin que su condición espiritual afectara. En
Canaán, Israel debía mantenerse en al plano de la obediencia a Dios. Si había
desobediencia, las lluvias podían escasear.
---En
muchas ocasiones, Dios castigó al pueblo a través de
---Por
medio de Hageo, Dios fue aún más claro: "Buscáis
mucho, y halláis poco; y encerráis en casa, y yo lo disiparé de un soplo. ¿Por
qué? dice Jehová de los ejércitos. Por cuanto mi casa está desierta, y cada uno
de vosotros corre a su propia casa. Por eso se detuvo de los cielos sobre
vosotros la lluvia, y la tierra detuvo sus frutos. Y llamé la sequía sobre la
tierra, y sobre los montes, sobre el trigo, sobre el vino, sobre el aceite,
sobre todo lo que la tierra produce, sobre los hombres y sobre las bestias, y
sobre todo trabajo de manos" (Hageo 1:9-11).
---El
régimen de las lluvias ofrecía a Dios la posibilidad de tener cuentas cortas
con su pueblo. Ellos no podían descuidar su estado espiritual, porque ello
redundaría en su estado material. ¿Cuál es nuestra propia condición? ¿Estamos
en Egipto o en Canaán? ¿Cuál es la fuente de nuestra agua?
---Estar
en Egipto es más fácil para la carne, pero es indeciblemente torturante para el
espíritu. Estar en Canaán es beber de las aguas del cielo, en la abundancia y
la frescura de la vida inmarchitable.