MEDITACIÓN
CRISTIANA PARA CADA DÍA DEL AÑO
29 de noviembre
La gracia y la verdad (1)
---Dos
veces aparece en el primer capítulo de Juan la frase "gracia y
verdad", ambas referidas al Señor Jesucristo. Él vino "lleno de
gracia y de verdad"; y "la gracia y la verdad" vinieron por
medio de él. Luego, entre ambas frases está esta otra, tanto o más maravillosa
que aquélla: "y gracia sobre gracia".
---La
gracia es el don inmerecido de Dios para el hombre. Es la mano de Dios
extendida al hombre, para que éste la coja por medio de
---Cuando
los hombres se encontraban con Jesús conocían la gracia y la verdad de Dios. La
gracia los perdonaba, y los levantaba de su postración, en tanto la verdad les
permitía alcanzar el verdadero conocimiento de Dios y de sí mismos.
---En
el Evangelio de Juan todo está ordenado para mostrar a Cristo como la gracia y
como la verdad de Dios. Porque Dios no sólo quiere recibirnos y perdonarnos,
sino que también quiere mostrarnos las cosas como son, para que no estemos
engañados.
---Cuando
recién conocimos al Señor vimos principalmente la gracia – casi todo era
gracia; pero pasado un tiempo, Dios comenzó a mostrarnos la verdad tocante a
nosotros mismos, nuestra realidad. Nos comenzó a desnudar de nuestras
apariencias, y empezamos a sentirnos avergonzados de nosotros mismos. La verdad
de Dios comenzaba a hacer su trabajo de descubrimiento
---Pero
luego, para que no nos "consumiéramos de demasiada tristeza", nos
renovaba su gracia y nos decía: "Así como eres –y a pesar de eso– yo te amé, y te amo. No me sorprendes con tus
miserias, antes bien, por causa de ellas, te escogí, para mostrar en ti mi amor
y mi poder".
---Así,
con el pasar de los años, la gracia y la verdad siempre han ido juntas,
realizando su preciosa obra en nuestros corazones. Un poco de gracia y algo de
verdad, en las dosis precisas para no engreírnos, ni para desanimarnos. Dios
quiere que avancemos paralelamente en el conocimiento de Dios y en el
conocimiento de nosotros mismos, para que no estemos engañados, como los demás.
---Dios
no sólo se complace en perdonarnos, sino también en transformarnos, para que
seamos semejantes a Su amado Hijo Jesucristo.
---La
frase que está en medio, decíamos, es "y gracia sobre gracia". Y ella
nos hace pensar que la gracia sobrepasa a