MEDITACIÓN
CRISTIANA PARA CADA DÍA DEL AÑO
26 de noviembre
¿Quiénes pueden levantarle Casa?
---En
el capítulo 25 de Éxodo se da a conocer uno de los mayores propósitos por el
cual Dios sacó a su pueblo de Egipto: que le construyeran una Casa. Sin
embargo, no es sino hasta el capítulo 35 –diez capítulos más adelante– que comienza la recolección de los
materiales para la edificación.
---La
causa de esta demora es el fracaso de Israel en lo tocante al becerro de oro.
Pero más allá, como sabemos, es el fracaso en reconocer su verdadera condición
y naturaleza. Ellos eran un pueblo desobediente, incapaz de cosa buena, pero el
drama era que no lo sabían. Después de la notable humillación del pueblo, en el
capítulo 33, Dios decide continuar con ellos, y alcanzar el propósito tan
anhelado.
---De
todo esto surge una pregunta muy importante: ¿Quiénes, son, entonces, los que
Dios puede utilizar para erigirle Casa? No meramente los descendientes de
Abraham, Isaac y Jacob. No meramente el pueblo escogido, guiado por un hombre
manso, tratado por Dios. Recordemos el razonamiento de Pablo en Romanos:
"Porque no todos los que descienden de Israel son israelitas, ni por ser
descendientes de Abraham, son todos hijos" (Rom.
9:6-7)
---Ellos
debían pasar por un período de aprendizaje acerca de Dios y acerca de sí
mismos, antes de poder hacer algo para Dios. Por eso, la entrega de la ley en
Éxodo 20, en la cual se revelaba el carácter santo y justo de Dios no pudo ser
presenciada por ellos de pie. Su naturaleza caída estaba lejos de los
parámetros de Dios; sin embargo, ellos no lo sabían.
---Este
es el gran déficit en muchos hijos de Dios, la falta de conocimiento de sí
mismos. Nunca han vivido la tragedia de Pablo en Romanos
7:24: "¡Miserable de mí! ¿Quién me librará de este cuerpo de
muerte?", ni tampoco, por supuesto, han recibido la divina respuesta.
---Dios
no puede trabajar en alianza con la carne, ni puede hacerse socio de pecadores
inconscientes de su pecado. Sólo pecadores redimidos, que han perdido toda
confianza en sí mismos, que han fracasado en sus propias fuerzas, son los que Dios
puede utilizar para construirle Casa.
---Moisés
fue un constructor utilizado por Dios. Pablo también lo fue. Y es interesante
ver la similitud de sus experiencias, de sus fracasos, de su larga estadía en
el desierto (ambos en Arabia) para la limpieza de toda justicia propia. Hoy
Dios también requiere constructores, pero él no dará este sagrado encargo a
quienes no cumplan con estos requisitos mínimos.
---No
se trata de que ellos han de ser mejores que otros; al contrario, se trata
precisamente de que vean que no son mejores que nadie, que por eso Dios los
escogió; y luego, que ellos sepan verdaderamente cuán alto es Dios y cuán bajos
son ellos mismos.
---Sólo
los tales podrán conducirse con temor y temblor en la obra de Dios, no
atreviéndose a hacer nada por sí mismos, sino sólo lo que Dios les ha mandado.
De Moisés se dice que "fue fiel en toda la casa de Dios" (Heb. 3:5); éste es el punto principal. ¿Quiénes obedecen
fielmente? Los que desconfían en la carne y se acogen exclusivamente a la
gracia de Dios.