MEDITACIÓN
CRISTIANA PARA CADA DÍA DEL AÑO
22 de noviembre
El tabernáculo
---El Evangelio de Juan usa –en el griego– una palabra muy interesante referida al Señor
Jesús que no ha sido debidamente traducida al español. Esta palabra está en el
capítulo 1, versículo 14: "Y aquel Verbo fue hecho carne, y habitó entre
nosotros (y vimos su gloria, gloria como del unigénito del Padre), lleno de
gracia y de verdad". "Habitó" significa aquí "fijó
tabernáculo", o, para usar una sola palabra, "tabernaculizó".
---¿Por
qué Juan utiliza esta palabra tan extraña, difícil de traducir? De hecho ningún
traductor la ha utilizado. La razón es muy simple: Juan nos está llamando la
atención hacia el tabernáculo en el desierto, pues el Señor Jesús es el
verdadero tabernáculo de Dios con los hombres. Él dio cumplimiento a la figura
del tabernáculo levantado por Moisés, de manera que al revisar los diferentes
aspectos de aquél tenemos que tener siempre en cuenta a quién apunta, y de
quién nos habla.
---Dios le dijo a Moisés: "Harán un santuario
para mí" (Ex. 25:8). De la misma manera, Dios demandó a María que
ofreciera su vientre para que, desde allí, pudiera levantar un tabernáculo para
Sí en Jesucristo. Por eso cuando el Señor dijo: "Destruid este templo, y
en tres días lo levantaré" (Jn. 2:19) se estaba
refiriendo a esta "construcción" hecha por el Espíritu Santo en el
vientre de María, es decir, al "templo de su cuerpo" (v. 21).
---La doble naturaleza del Señor Jesucristo
–divina y humana– está muy bien
representada en el tabernáculo. Tanto en el color de las cortinas: las cortinas
azules, su divinidad; las rojas, su humanidad; las púrpuras, la síntesis de su
doble naturaleza divina y humana. Asimismo, gran parte del mobiliario tiene la
doble naturaleza implícita en la madera y el oro. La madera, la humanidad; el
oro,
---De la misma manera como el tabernáculo tenía tres
ambientes, el Atrio, el Lugar Santo, y el Lugar Santísimo, así también la
naturaleza del Señor –y la de todo cristiano–
es tripartita: cuerpo, alma y espíritu. En el Señor estaba personificado el
tabernáculo, con todo su simbolismo realizado a la perfección.
---Dios pidió a Moisés que le levantaran un
tabernáculo, pues él quiso habitar en medio de su pueblo. Bajó de su excelsa
gloria, para estar cerca de los hombres. Así también en Cristo, Dios estaba
salvando la mayor distancia –no sólo física, sino moral–
para venir a habitar entre los hombres: "Emanuel, Dios con nosotros".
Dios se acercó al hombre, y proveyó un medio para que el hombre pudiese
acercarse a Dios. (De ahí el nombre de "tabernáculo de reunión").
Había allí una amplia puerta para todo aquel que necesitara acercarse a Dios.
---Cuando el tabernáculo estuvo en pie, Dios habló
desde allí a Moisés. Antes había hablado desde el Monte; ahora hablaba desde el
tabernáculo (Lev. 1:1). ¡Qué cercano y asequible! En Cristo, Dios ha descendido
y podemos tocarle; Dios ha venido y podemos oírle.
---Más adelante hallaremos que el tabernáculo también
representa a la Iglesia, pero el punto primario y principal del que nos habla
es de nuestro Señor Jesucristo.