MEDITACIÓN
CRISTIANA PARA CADA DÍA DEL AÑO
18 de noviembre
El candelero
---El
tercer elemento que se describe del tabernáculo es el candelero. Los detalles
de su construcción, y su simbología, son muy ricos, y exceden la posibilidad de
explicarlos aquí. Sin embargo, he aquí los más relevantes.
---Lo
primero es que es de oro macizo, de una sola pieza, labrado a martillo. Su peso
es de un talento, es decir, unos 34 kilos. Hay en él una unidad indivisible,
que es la unidad de la iglesia local. En la visión inicial de Apocalipsis, el
Señor Jesús está en medio de los siete candeleros de oro, los cuales son las
siete iglesias. A diferencia del tabernáculo, que representa la iglesia
universal, el candelero tipifica la iglesia local.
---Es
de oro, porque Dios está en ella – más aun, ella participa de la
naturaleza divina. Es de una pieza, porque la iglesia es una en cada localidad
– por lo menos así
---El
candelero tiene seis brazos y una caña central, y en ellos hay siete
lamparillas que alumbran el Lugar Santo. La iglesia tiene luz, una luz que no
es propia, sino la luz de Cristo por el Espíritu – que es el aceite. Ella
irradia esa luz para iluminar el ambiente circundante. (Mat. 5:14-16).
---En
los brazos hay también flores de almendro, con sus copas (corolas), que
representan la vida de resurrección (Núm.17:8). Sólo aquello que proviene de la
resurrección tiene lugar en la iglesia – la resurrección que es precedida
por la cruz de Cristo. La iglesia no es una institución, no es tampoco una
agrupación de "gente buena"; es la expresión de lo divino en la
tierra, es Cristo en otra forma. Tanto la muerte como la resurrección de Cristo
constituyen la experiencia normal de todos los miembros de ella.
---El
candelero tiene también manzanas en sus brazos. El manzano en la Escritura
representa a Cristo (Cantares 2:3-5), y las nueve manzanas del candelero (una
en cada brazo y tres en la caña central) son las nueve expresiones del fruto
del Espíritu en Gálatas 5:22-23: amor, gozo, paz, paciencia, benignidad,
bondad, fe, mansedumbre y templanza. Estas manzanas son las que mantienen
unidos los brazos del candelero, así como el dulce carácter de Cristo es lo que
aglutina la iglesia.
---Un
accesorio importante del candelero eran sus despabiladeras y sus platillos,
también de oro. Con ella operaban los sacerdotes para mantener limpias las
lamparillas y viva la luz del candelero. Así hace Dios con nosotros, cortando
lo que no sirve –el pabilo que echa humo–,
y añadiendo aceite para que la luz no se apague. Quitando y agregando, el Señor
mantiene encendida nuestra luz. Y lo que no sirve, queda en el platillo, no se
arroja, pues Dios tiene cuidado incluso de aquello que excede, para no
descubrir nuestra desnudez.
---Finalmente,
diremos que en el templo de Salomón no había un solo candelero, sino diez, pues
es la voluntad de Dios que la una iglesia del principio se multiplique por toda
la tierra: diez es el número de la generalidad, de la universalidad. ¡Que Dios
tenga efectivamente su testimonio en cada localidad de la tierra!