MEDITACIÓN
CRISTIANA PARA CADA DÍA DEL AÑO
17 de noviembre
El tabernáculo (Las cubiertas)
---En
el capítulo 26 de Éxodo se describe detalladamente las particularidades del
tabernáculo. El tabernáculo nos habla de Cristo (no olvidemos que cuando él se
hizo carne, habitó –o "tabernaculizó"–
entre nosotros, Jn. 1:14), y también de la iglesia,
que es llamada "tabernáculo de Dios con los hombres", Ap. 21:3). Es
decir, nos habla del misterio de Cristo y la Iglesia.
Y
hay aquí en este capítulo, señaladas tres cosas: las cubiertas (vv.1-14), los materiales para su construcción propiamente
tal (15-30), y los velos (31-33).
---El
perímetro del tabernáculo, que incluía el atrio, estaba demarcado por diez
cortinas. A la luz de Cantares 1:5, estas cortinas somos los creyentes –
la sulamita, "las cortinas de Salomón". El
diez representa a toda la humanidad; Dios ha escogido un pueblo de todo linaje,
lengua, pueblo y nación (Ap. 5:9). En la cruz de Cristo murieron todas las
diferencias (Col. 3:10-11), para crear un solo y nuevo hombre – un hombre
universal, celestial (Ef. 2:15; 1ª Cor. 15:47).
---Las
cortinas conformaban dos grupos de cinco cortinas; unidas con cincuenta lazadas
(número de Pentecostés) con corchetes de oro, para dar la forma al único
tabernáculo. Así también, en el principio de la iglesia, había dos grandes
equipos apostólicos, uno para hacer la obra entre los judíos, y otro entre los
gentiles. Pero finalmente, ellos eran uno solo, por el Espíritu, para edificar
la única iglesia de Cristo sobre
---Hoy
Dios sigue realizando este trabajo en los que aman a Dios: derribando las
múltiples barreras que se han levantado para separar a los hijos de Dios,
porque la iglesia es universal, única, inclusiva.
---Luego
había tres cubiertas que se ponían sobre el tabernáculo. Una era de pelo de
cabra, también compuesta por dos grupos de cortinas, una de cinco y otra de
seis. La cortina número 11 se ponía al oriente y se doblaba hacia arriba, en el
lugar de la puerta. Éstas cortinas estaban unidas por
corchetes de bronce, lo que representa al hombre exterior que es tratado por la
disciplina de Dios, para el quebrantamiento del alma y el gobierno del
espíritu.
---Había
una segunda cobertura, de pieles de carneros, teñida de rojo. El carnero nos
habla de Cristo; el rojo, de
---Finalmente
estaba la cubierta de pieles de tejones – que eran animales del desierto
parecidos a un ratón. Así que, el aspecto exterior del tabernáculo no era
hermoso, como tampoco lo fue el "varón de dolores", que no tuvo
"apariencia ni hermosura". Las grandes obras de Dios no son para el
mundo, que es incapaz de apreciar las cosas del espíritu. El Señor Jesucristo
fue, para sus contemporáneos, sólo un carpintero galileo;
asimismo la verdadera iglesia, ha sido históricamente sólo un puñado
insignificante de hombres y mujeres.