MEDITACIÓN
CRISTIANA PARA CADA DÍA DEL AÑO
13 de mayo
Reposando sin temor
"En lugares de delicados pastos me hará
descansar; junto a aguas de reposo me pastoreará" (Sal. 23:2).
La Palabra usa figurativamente las ovejas
para describirnos. La oveja es el animal más frágil y asustadizo de todos. Dios
tiene sus razones al describirnos como ovejas, pues en algunos aspectos somos
como ellas. La oveja no sólo es frágil, sino muy tonta. Los hábitos de una
oveja son muy especiales y adecuados para describirnos. Por ejemplo, hay varias
circunstancias en las cuales ellas no consiguen descansar.
La primera de ellas es que la oveja se
atemoriza con gran facilidad; es muy nerviosa, nunca se siente segura. Ante el
menor ruido o movimiento a su alrededor, independientemente de la causa, ellas
salen corriendo. Cuando una de ellas empieza a correr, las demás también hacen
lo mismo, sin saber el motivo.
La oveja no sólo se asusta fácilmente, sino
que además su reacción al temor trae consecuencias inmediatas a su fisiología.
Por ejemplo, si una hembra en período de gestación tiene un pequeño sobresalto,
puede abortar inmediatamente.
La oveja es asimismo muy frágil; por eso,
para darles verdadero reposo, el pastor debe renunciar a su propio descanso. El
pastor vigila toda la noche, con el arma en las manos, y al menor ruido, él se
hace presente. Con sólo ver la sombra del pastor, la oveja se tranquiliza de
inmediato; todos sus temores se van.
La segunda circunstancia que les impide
descansar son las discordias. Normalmente las ovejas gordas y fuertes
atropellan a las más débiles para quedarse con el mejor alimento. Las débiles
comen poco y, en consecuencia, no consiguen descansar. Sin embargo, lo
maravilloso es que cuando el pastor entra al corral, los ojos de todas las
ovejas se vuelven a él, olvidando las discordias entre ellas. Hoy, en medio de
los hijos de Dios, si deseamos reparar el daño causado por las discordias, sólo
tenemos una vía: la propia presencia del Señor.
La tercera circunstancia en la cual las
ovejas no encuentran reposo es causada por la molestia de los insectos. En
verano, el tiempo es caluroso y sofocante, y aparecen moscas y parásitos que
perturban a las ovejas, haciendo que ellas no tengan descanso. Entre los
hermanos, muchas veces nuestra carne es como insectos o parásitos localizados
en las partes más sensibles, que nos hacen perder el descanso.
La cuarta circunstancia que impide el
descanso de la oveja es el hambre. Para tener reposo, ella necesita estar
satisfecha, por eso el pastor busca los pastos verdes. El pastor necesita tomar
muchas providencias para cuidar bien de sus ovejas. La oveja debe estar bien
alimentada para estar satisfecha y tranquila.
Hoy, las personas sienten hambre, tienen una
insatisfacción interior, y no consiguen obtener descanso. Pero los creyentes
podemos descansar, porque el buen Pastor ya trabajó para nosotros, preparando
pastos verdes. En él, no hay motivo para sentir hambre, todas nuestras
necesidades son satisfechas.
"El Señor es mi pastor; nada me
faltará" (Sal. 23:1).