MEDITACIÓN
CRISTIANA PARA CADA DÍA DEL AÑO
11 de mayo
Las vírgenes prudentes
"Las insensatas, tomando sus lámparas, no tomaron
consigo aceite; mas las prudentes tomaron aceite en sus vasijas, juntamente con
sus lámparas" (Mat. 25:3-4).
¿Cómo quiere Cristo hallar a la iglesia?
Como una virgen. Eso quiere decir que esta novia no se ha contaminado con el
mundo, con ningún tipo de ídolos, ni con el pecado. Toda la atención de ella
está en el Amado, y se prepara para él como las vírgenes prudentes. Las
vírgenes prudentes tenían no solamente la lámpara: tenían también el aceite
para las lámparas.
¿Qué significan las lámparas en las manos de
las vírgenes prudentes? La lámpara es la salvación, y la salvación
Pero, qué tremendo sería tener solamente la
salvación, conformarse con ella, y no tener el aceite para
No podemos vivir de las experiencias
pasadas. Si en el principio fuiste lleno del Espíritu Santo, y una y otra vez
recuerdas esa experiencia, tal vez estás viviendo con lo que queda de ella.
Quiero decirte que es posible que el aceite esté bajando de nivel, o bien que
ya no quede nada. Y tal vez has hablado tanto de esa experiencia, que ya es
como una lucecita que se está apagando. Y, ¿dónde hallaremos el aceite, sino en
Dios mismo, en su Espíritu? Queremos ser como las vírgenes prudentes, que
tienen las lámparas y tienen el aceite.
¿Estamos permaneciendo en una comunión viva
con el Señor, o estamos viviendo descuidadamente? Si estamos viviendo
descuidadamente, hermanos, significa que el aceite está escaseando. Porque
cuando la lámpara está llena de aceite de lo único que hablamos es del Señor
Jesús, lo único que llena nuestro corazón es la bendita persona del Señor
Jesucristo. No hay otros amados, como en el caso de Israel (Oseas 2:7). No va
el corazón tras los ídolos, no va el corazón tras las cosas que el mundo le
pudiese ofrecer. El corazón está firme en el Amado, y está esperando en él.
Las vírgenes que se van con el Señor son las
que tienen sus lámparas llenas. No seamos insensatos. Las otras vírgenes no
actuaron con sensatez. Y, cuando llegó el momento en que el esposo se acercaba,
y oyeron el rumor, las cinco vírgenes prudentes tomaron sus lámparas con aceite
y fueron a recibir al esposo. Y las otras, recién ahí, después de haber vivido
una vida totalmente descuidada, empezaron a tener cuidado de ese encuentro
maravilloso que se iba a producir. Pero no pudieron estar con el esposo.