MEDITACIÓN
CRISTIANA PARA CADA DÍA DEL AÑO
4 de mayo
Desocupados
"Porque el reino de los cielos es semejante a un
hombre, padre de familia, que salió por la mañana a contratar obreros para su
viña. Y habiendo convenido con los obreros en un denario al día, los envió a su
viña. Saliendo cerca de la hora tercera, vio a otros que estaban en la plaza
desocupados; y les dijo: Id también vosotros a mi
viña, y os daré lo que sea justo. Y ellos fueron. Salió otra vez cerca de las
horas sexta y novena, e hizo lo mismo. Y saliendo cerca de la hora
undécima..." (Mt. 20:1-6).
Esta es la conocida parábola de los obreros
de
La viña representa la obra de Dios. Ahora,
si nosotros estamos fuera de la viña, estamos desocupados. ¿Cómo considera Dios
nuestra vida fuera de la viña? No importa cuántas cosas hagamos para nosotros
mismos, cuántos planes desarrollemos, cuánta riqueza acumulemos. Para Dios,
este es un tiempo desocupado, sin provecho, sin fruto. Es un tiempo que no
cuenta, no existe.
La viña del Señor es el ámbito de nuestro
trabajo. Es en ella donde podemos invertir el tiempo y ser hallados útiles,
ocupados, dando fruto. Eso no significa que tengamos que dejar todas nuestras
ocupaciones terrenales para dedicarnos a la obra del Señor a tiempo completo.
No. Significa, simplemente, estar en el lugar que Dios quiere, haciendo
realmente lo que Dios quiere que hagamos.
¿Estás tú, amado hermano, en el lugar
preciso? ¿O estás fuera de la viña? Tal vez consideres que estás haciendo mucha
obra para Dios, pero aun así, podrías estar fuera de
Creo que, en la vida de todos los siervos de
Dios, cuando estamos muy afanados o muy desgastados sirviendo al Señor, llega
un momento en que nos agobiamos. Y entonces nos preguntamos: "¿Estoy
realmente haciendo la obra de Dios?". Y esa pregunta puede traer un gran
remezón y aun un descalabro en nuestra vida. Todo lo que hagamos fuera de la
viña será tiempo perdido, será labor inútil, será obra sin valor para Dios.
En esta parábola, ese día de doce horas
desde la mañana hasta la tarde, representa para nosotros toda nuestra vida. Tal
vez estemos en la hora undécima, y falte sólo una hora para que se cierre la
puerta. ¿Estamos fuera, desocupados, haciendo muchas cosas para nosotros
mismos? ¿Estamos realmente sirviendo en la viña del Señor? ¿Cómo estamos ocupando
nuestros días?
Nos conviene orar como Moisés oraba:
"Enséñanos de tal modo a contar nuestros días, que traigamos al corazón
sabiduría" (Salmo 90:12).