MEDITACIÓN
CRISTIANA PARA CADA DÍA DEL AÑO
27 de junio
El Buen Pastor
"...y habrá un rebaño y un pastor" (Juan
10:16).
Las ovejas del Señor nacen ovejas y no
chivos o cabritos. No son chivos o cabritos que se transforman en ovejas, ni
cizaña que se transforma en trigo. Pero también hay ovejas y ovejas.
Sus
ovejas al principio andan perdidas. Cuando el Buen Pastor ve que alguna está
perdida, deja las otras noventa nueve, y la busca hasta que
Estando reunidas con otras ovejas, sus
ovejas sufren. Sufren porque cuando van a comer del pasto y beber del agua
tienen que comer y beber lo que fue pisado por las otras ovejas. Son empujadas
y corneadas hasta ser esparcidas, pero luego son salvadas por el Buen Pastor (Ez. 34:18-22). Entonces el Buen Pastor va y llama por su
nombre a las que son suyas, y las lleva afuera. No las deja más en el redil,
sino que serán apacentadas en los montes de Israel, junto a corrientes de aguas
(Ez. 34:13).
Después de llevar afuera a las que le
pertenecen, él va adelante y sus ovejas lo siguen, porque conocen su voz; pero
de modo alguno seguirán el extraño, antes huirán de él
(Juan 10.2-5). Sus ovejas serán llevadas por el Buen Pastor a delicados pastos
y a aguas de reposo. No serán más empujadas ni corneadas, sino recibirán
refrigerio para sus almas, y serán guiadas por sendas de justicia. Nada les
faltará (Sal. 23:1-4).
Durante la caminata, habrá valles de sombra
de muerte y enemigos, pero él estará con ellas. Su vara y su cayado las
consuelan. El Buen Pastor da su vida por sus ovejas. Él conoce a sus ovejas y
ellas lo conocen. Sus ovejas creen en él; oyen su voz y lo siguen. El Buen
Pastor les da vida eterna y jamás perecerán; nadie las arrebatará de su mano.
El Padre es quien se las dio, y el Padre es
mayor que todos; y nadie podrá arrebatarlas de la mano de su Padre. Ciertamente
el bien y la misericordia las seguirán todos los días de su vida, y habitarán
en la Casa del Señor por largos días.
Si tú eres una oveja del Señor, entonces el
Buen Pastor te hallará donde tú estés, te traerá a su Casa y te apacentará
junto a sus ovejas, y habrá un solo rebaño y un solo Pastor. En cuanto a las
otras ovejas, y los carneros y cabritos, él los juzgará (Ez.
34:17).
"Hazme saber, oh
tú a quien ama mi alma, dónde apacientas, dónde sesteas al mediodía; pues ¿por
qué había de estar yo como errante junto a los rebaños de tus compañeros?"
(Cant. 1:7). Si éste es tu anhelo, oveja del Señor,
cuando el Buen Pastor te llame, simplemente oye su voz y síguelo, y serás
apacentado junto a su rebaño eternamente.