MEDITACIÓN
CRISTIANA PARA CADA DÍA DEL AÑO
25 de junio
Canaán como tipo de Cristo
Cuando miramos el libro de Josué para
extraer algunos principios espirituales respecto de Canaán, lo primero que
encontramos es que la tierra no fue conquistada, sino simplemente tomada en
posesión, como una herencia. En ninguna parte del libro de Josué se usa la
palabra conquista; sólo se habla de tomar la heredad, de recibir una posesión.
Israel nunca conquistó nada; todo lo recibió en herencia. Así también es
Cristo, que nos fue dado por el Padre como nuestra herencia.
Un segundo principio es que Dios fue delante
de ellos preparando el camino, y el pueblo fue detrás, recogiendo lo que Dios
ya había hecho. El pueblo que Israel enfrentó era un pueblo atemorizado; ellos
estaban espantados y temblando. Así también, el Señor Jesús ha derrotado a
todos nuestros enemigos, y nosotros vamos detrás de él, reclamando lo que él ya
ganó.
Un tercer principio se resume en lo que
significa Gilgal. Gilgal
fue el centro de operaciones mientras el pueblo avanzó en la toma de posesión. Gilgal nos habla del despojamiento del viejo hombre. Sólo
puede vencer uno que ha sido quebrantado, uno que ha sido debilitado casi hasta
la muerte.
Un cuarto principio podríamos resumirlo así:
sólo recibimos lo que hemos explorado. El Señor dijo a Josué: "Yo os he
entregado todo lugar que pisare la planta de vuestro pie". La clave es
caminar por la tierra, para ir tomando posesión de ella. Entonces vamos
diciendo: "Esto es mío", "Esto también es mío". La
Escritura es el 'mapa' que nos guía en esta 'exploración' de Cristo.
Un quinto principio es lo que alguien ha
denominado como una actitud de disponibilidad. Alguien ha dicho que los más
grandes hombres de Dios no son aquellos que hacen más cosas, sino los más
grandes receptores. Dios quiere darnos completamente a Cristo, pero no siempre
estamos disponibles. Estamos demasiado ocupados.
Dios no espera nuestra contribución, sino
nuestra disponibilidad. En Cristo están escondidos todos los tesoros de la
sabiduría y del conocimiento. En esta buena tierra hay tesoros que están
disponibles para buscadores de tesoros espirituales, para aquellos que han sido
atraídos por Cristo para recostarse sobre su hombro; que están disponibles como
aquella María que se sentó a los pies de Cristo.
Dios hoy nos invita, no para que traigamos
nuestro dinero e intentar comprar una porción más de Cristo, sino para que
vengamos a él, con nuestras manos vueltas hacia arriba, para recibir de la
abundancia de la gracia y del don de
Tiene que haber un cambio de perspectiva.
Tenemos que venir con nuestras manos vacías. Lo que tenemos en ellas
–nuestras obras, nuestra justicia, nuestros métodos–
larguémoslo; jamás nos darán la victoria.
Cristo es nuestra herencia preciosa... ¡y
gratuita!