MEDITACIÓN
CRISTIANA PARA CADA DÍA DEL AÑO
23 de junio
¿Creer en Dios o creerle a Dios?
Al comentar Génesis 15:6, "Y creyó
(Abraham) a Jehová, y le fue contado por justicia", muchos entienden la
expresión "creyó a Dios" en el sentido de "creyó en Dios".
Sin embargo, ambas expresiones no son en modo alguno
equivalentes.
Lo primero ("Creer en Dios") se
refiere a aceptar la existencia de Dios, o, a lo más, (como en Santiago 2:19) a
aceptar algún rasgo de su naturaleza, pero creer esto no es la fe que
justifica.
La fe de la que se habla en Génesis 15:6 es
una fe que acepta y cree lo que Dios dice; es decir, que recibe el testimonio
de Dios. Cuando Dios habló a Abraham acerca de su descendencia, que sería tan
numerosa como las estrellas del cielo, Abraham le creyó. Abraham no tenía hijo,
así que no tenía un fundamento natural en que basar su fe; sin embargo, él
creyó que Dios le daría una descendencia. La fe que tuvo en esas condiciones, y
en lo que Dios le dijo, le fue imputada por justicia, por lo que él fue
declarado justo.
La fe que cree a Dios es, pues, una fe que
se levanta a contrapelo, porque no se afirma en lo que el hombre es, sino en lo
que Dios ha dicho. Es una fe que confía plenamente en Dios y se olvida de la
impotencia del hombre.
Creer a Dios no es sólo aceptar la existencia
de Dios, sino aceptar la veracidad de Dios (Ro. 3:4). Para una Persona de la
dignidad de Dios es más ofensivo hacerle mentiroso no creyendo lo que dice, que
ignorar su existencia.
¿Qué ha hablado Dios? Si observamos Hebreos
11 hallaremos a varios que creyeron a las palabras de Dios. Tal vez el caso más
ejemplar (aparte del de Abraham) sea el de Noé. Dios habló a Noé acerca de
cosas que no se veían, y tenemos luego la respuesta de Noé, aceptando ser
verdad lo que Dios le dijo. Por eso, preparó el arca. Por esa fe Noé fue hecho
heredero de la justicia (v. 7).
Dios se agradó en un hombre como Noé porque
le creyó sus palabras y actuó en consecuencia. Creer no es solamente aceptar
que Dios dice verdad, sino moverse en la dirección de esa verdad.
Creer a los dichos de Dios es creer su
testimonio. Dios ha dicho muchas cosas en las que espera ser creído. Pero el
principal testimonio que Dios ha dado no es ninguno de los que hemos visto
hasta aquí, como el relativo a la descendencia de Abraham o al diluvio
universal, sino que es el testimonio que ha dado respecto de su Hijo. Por
supuesto, Dios espera ser creído en un asunto tan importante como éste.
Creerle a Dios es creer en su Hijo, y creer
en su Hijo es creer lo que Dios ha dicho acerca de él. Dios declara justos a
los que creen este testimonio. "Por cuanto todos pecaron, y están
destituidos de la gloria de Dios, siendo justificados gratuitamente por su
gracia, mediante la redención que es en Cristo Jesús" (Rom.
3:23-24). Creerle a Dios es la base de todos los tratos de Dios con el hombre.
Sin fe es imposible agradarle. La honra de Dios se sustenta en su Palabra, y
los que le creen, le honran.
¿Le ha creído usted?