MEDITACIÓN
CRISTIANA PARA CADA DÍA DEL AÑO
11 de junio
Piedad y contentamiento
"Pero gran ganancia es la piedad acompañada de
contentamiento; porque nada hemos traído a este mundo, y sin duda nada podremos
sacar. Así que, teniendo sustento y abrigo, estemos contentos con esto"
(1ª Tim. 6:6-8).
El asunto de los bienes y el dinero es de la
mayor actualidad en el mundo de hoy. ¿Cómo pueden resistir los cristianos la
avalancha de ofertas, el juego de las vanidades, y las carreras desenfrenadas
por adquirir cosas?
Este es un problema de la mayor actualidad.
Pablo advierte en esta Epístola que el problema del dinero tendrá dimensiones
extraordinarias en el último tiempo. Dentro de algún tiempo, Demas abandonará a Pablo para irse al mundo. No sabemos si fue
por este asunto específico, pero aunque haya habido otros, es difícil que éste
no haya estado relacionado. "Porque los que quieren enriquecerse caen en
tentación y lazo, y en muchas codicias necias y dañosas, que hunden a los
hombres en destrucción y perdición; porque raíz de todos los males es el amor
al dinero, el cual codiciando algunos, se extraviaron de la fe, y fueron
traspasados de muchos dolores" (6:9-10).
El amor al dinero es la raíz de todos los
males – dice Pablo. ¿Será tan así?, pudiera uno cuestionar, pero al
Palabra de Dios no puede ser objetada ni quebrantada. Por conseguirlo se suele
dejar de lado todo lo demás, olvidar familia, fe, principios morales, todo.
Pero al final, cuando se ha conseguido la meta, si se consigue, ésta no trae saciedad.
La dicha siempre está más allá de la más ambiciosa meta económica, y jamás se
puede conseguir.
Por eso, en otro lugar Pablo exhorta a los
cristianos de esta manera: "Pero esto digo, hermanos: que el tiempo es
corto; resta, pues que … los que compran, (sean)
como si no poseyesen; y los que disfrutan de este mundo, como si no lo
disfrutasen; porque la apariencia de este mundo se pasa" (1ª Cor. 7:29,
30-31). Este es un estar en el mundo como no estando, tener como no teniendo,
no dejando que el corazón se haga cautivo de las cosas. El escritor de Hebreos
dice: "Sean vuestras costumbres sin avaricia, contentos con lo que tenéis
ahora; porque él dijo: No te dejaré, ni te desampararé" (Hebreos 13:5).
¡Qué sabia enseñanza! "Contentos con lo que tenéis ahora". Eso es
contentamiento, satisfacción, en lo que Dios hoy nos da.
Siempre habrá más ricos y más pobres que
nosotros. Una mirada comparativa nos puede hacer mucho daño. Si miramos a los
primeros, tal vez nos tengamos como pobres y desdichados; si miramos a los
segundos tal vez nos sintamos orgullosos y soberbios. Sólo el mirar al Señor
con gratitud por lo que hoy nos ha provisto, es lo que puede darnos este
"contentamiento" del que en estos pasajes se habla.
La piedad es más que creer, es vivir lo que
creemos. Es pasar la valoración de los cosas espirituales, eternas, al plano de
lo real y cotidiano. Hacer un aterrizaje de lo sublime al ámbito de las cosas
pequeñas, en el día a día.
Que el Señor nos ayude a ser consecuentes
con lo que creemos.