MEDITACIÓN
CRISTIANA PARA CADA DÍA DEL AÑO
16 de julio
El propósito de las parábolas
El Señor dijo, citando al salmista, que
abriría su boca en parábolas, y declararía cosas escondidas desde la fundación
del mundo (Mat. 13:34-35).
Este es, sin duda, el objetivo primigenio y
fundamental de las parábolas: revelar de manera sencilla una verdad espiritual
profunda y difícil de explicar.
La parábola es un método pedagógico que el
Señor utilizó maravillosamente. El amor del Padre, el propósito de Dios, el fin
de los justos e injustos, los efectos del evangelio, etc., todos éstos y otros
muchos temas fueron iluminados por medio de ellas.
Pero llegó el día en que los judíos
comenzaron a rechazar al Señor, y a buscar cómo cazarle en alguna palabra.
Entonces, el propósito de las parábolas cambió.
– ¿Por qué les hablas por parábolas?
– le preguntaron sus discípulos en ese tiempo. Y Él contestó:
– Porque a vosotros os es dado saber
los misterios del reino de los cielos; mas a ellos no
les es dado...
¡Extraña cosa es esta! “A ellos no les
es dado...”. ¿Cómo es que Dios esconde su verdad?
El hombre que ama la mentira a sabiendas que
lo es, se excluye voluntariamente de
Las parábolas no sólo explican y aclaran,
también oscurecen y esconden la verdad a los ojos cegados de los impíos.
Todos los hombres tienen, en algún momento
de su vida, una visitación de Dios que les permite conocer
¿Qué hacen las parábolas en ti? ¿Te iluminan
o te dejan tan oscuro como antes? ¡Oh, tal vez sea
esa la señal que Dios te envía para que sepas que estás en peligro, y te
vuelvas a él!