MEDITACIÓN
CRISTIANA PARA CADA DÍA DEL AÑO
6 de julio
El Antiguo Testamento es una rica veta de
oro para los estudiosos del Nuevo Testamento. Allí están representados
simbólica y tipológicamente los principales hechos y
realidades espirituales, con una gran variedad de significados.
De
todos los símbolos y tipos, la Tierra de Canaán es una de las principales. ¿Qué
representa?
Las riquezas de Canaán son inefables, y
bien ameritan una detallada descripción, tal como la de Deuteronomio 8:7-10.
Cada vertiente, cada flor, cada árbol. Cada surco es objeto de la mirada atenta
de Dios (Deut. 11:12). ¡Oh,
de verdad, Cristo es precioso! Con razón, el salmista podía decir: "Jehová
es la porción de mi herencia y de mi copa; Tú sustentas mi suerte. Las cuerdas
me cayeron en lugares deleitosos; es hermosa la heredad que me ha tocado"
(Salmo 16:5-6).
Pablo decía: "En quien (en Cristo)
están escondidos todos los tesoros de la sabiduría y el conocimiento"
(Col. 2:3). Cristo es
Israel no conquistó, por pereza o por
cobardía, toda la tierra que Dios le dio. Que no ocurra así con nosotros
respecto a Cristo. Cada vericueto, cada brizna de hierba, cada metro cuadrado
(por decirlo así) esconde algún tesoro que espera por nosotros. Ellos no están
a la vista, para que no los pisoteen los cerdos. ¡Están escondidos, pero no
tanto como para que no puedan ser halladas, si lo pedimos al Padre! Cristo es
la Belleza suma, es el Don de Dios, precioso y perfecto.
Más que el Edén de Adán, más que el Canaán
de Israel (las cuales son sólo figura y sombra) es el Cristo de Dios para
aquellos a quienes ha sido revelado. Así que, ¡adelante, cristianos! ¡A tomar
posesión de la Tierra!
A cada cristiano le es dada una porción de
Cristo. Ningún cristiano particular puede conocerle y disfrutarle enteramente.
Tampoco puede expresarle completamente. Una porción es suficiente para el
regocijo de cada uno. Pero al juntarnos todos en amor y al compartir lo que de
Cristo hemos recibido, vemos a Cristo completo, expresando todas sus inefables
gracias en el cuerpo que es la iglesia. ¡Entonces, toda la heredad viene a ser
nuestra!
En Canaán, en Cristo, está el reposo del
cristiano. Está el reposo de sus enemigos, y de Amalec,
que es, por fin, destruido (Deut. 25:19). Es también
el reposo de las obras de
En Cristo está la plenitud y la riqueza
suma. En Cristo, y sólo en Él está la perfección – todo en Él es
deleitoso. En Cristo somos hallados perfectos. ¡Nada menos que eso ha preparado
Dios para los que le aman!