MEDITACIÓN
CRISTIANA PARA CADA DÍA DEL AÑO
2 de julio
Venciendo los obstáculos de la oración (2)
Otro de los obstáculos que se presentan en
la oración son las circunstancias. Muchas veces las circunstancias se presentan
tan hostiles a la oración que desalientan el corazón del creyente. En tal
momento parece que Dios no podrá reordenarlas para que cooperen con Su
voluntad. Sin embargo, cuando miramos las Escrituras, vemos a Dios burlándose
de las circunstancias adversas y ordenándolas de acuerdo a Su propósito.
El pueblo de Dios es esclavo en Egipto. La
grandeza del imperio se sustenta en la mano de obra de los esclavos judíos.
Dios envía un mensaje a Faraón diciéndole que deje ir a su pueblo para adorar
en el desierto. Pero Faraón se niega terminantemente una y otra vez. Sin
embargo, aunque Faraón era poderoso, Dios es Todopoderoso. Dios ordenó las
circunstancias, hizo desencadenarse los eventos uno tras otro, con la fuerza
incontenible de los hechos divinos, hasta que la resistencia se rompió y todo
estuvo ordenado para el cumplimiento de sus designios.
Israel
es esclavo en Babilonia. ¿Cómo puede Dios cumplir su designio de sacar a su
pueblo de Babilonia, si el más poderoso reino le tiene dominado, y el propio
Israel ni siquiera desea volver a su tierra? Dios se suscita la oración de un
hombre como Daniel para que ore a Dios, despierta a Ciro, el rey, y a los jefes
judíos para ir a Jerusalén. Su designio otra vez se cumple, porque Él mismo ha
ordenado las circunstancias para tal fin.
Pero esto no es así sólo con los grandes
imperios del pasado. También lo es en lo pequeño, en las menudas circunstancias
domésticas. En Mateo capítulos 1 y 2, Dios ordena las circunstancias de una
manera muy simple, mediante cinco sueños para salvar a José, María y el niño
Jesús. En Hechos, Herodes mete a Pedro en la cárcel bajo amenaza de muerte.
¿Será sacrificado igualmente que Jacobo? Pedro estaba sujeto con cadenas y
custodiado por cuatro piquetes de cuatro soldados cada uno. Una pesada puerta
de hierro era un inexpugnable bastión para cualquiera que quisiera libertarle.
Sin embargo, Pedro fue liberado. Dios movió a sus ángeles y los guardias fueron
burlados. ¿Qué ocurrió? Dios actuó en respuesta a la oración de la iglesia
(Hechos 12:5), sin solicitarle permiso a Herodes ni al alguacil de la cárcel.
Pablo hace la obra de Dios como apóstol.
Dirigido por el Espíritu Santo, llega a Filipos. Allí necesita una "cabeza
de playa" para iniciar su obra. Pablo acude cerca del río, donde solían
orar, y hablan a las mujeres que se habían reunidos. Allí está Lidia, la vendedora
de púrpura, ella cree y les hospeda. Allí surge la iglesia en Filipos.
¿Encuentros fortuitos? ¿Cómo había llegado Pablo a Filipos? Dios le había
mostrado mediante una visión. Dios había preparado las circunstancias allí para
que Pablo hiciese
Así, vemos que las circunstancias no son un
obstáculo para Dios, y que por la oración ellas pueden ser ordenadas para que
colaboren con la voluntad de Dios.