MEDITACIÓN
CRISTIANA PARA CADA DÍA DEL AÑO
20 de febrero
El ministerio de una mujer de Dios (2)
La mujer de Dios tiene amplias posibilidades
de realización y de servicio. El hogar es el primero e indelegable ámbito de
acción y de servicio de una mujer de Dios. Si falla en esto, falla en todo. Si
cumple bien su ministerio doméstico, la mujer creyente tiene posibilidades de
un amplio servicio más allá de su hogar.
1. En
Hay "obras de misericordia" (Rom. 12:8, 13) que están esperando a las mujeres de Dios
para su realización. Están las "buenas obras" de 1ª Timoteo 5:10: la
práctica de la hospitalidad, el lavar los pies de los santos, socorrer a los
afligidos, y, en general, toda buena obra.
2. Entre los no creyentes. Hay una piedad
práctica que puede desarrollarse entre los incrédulos, de lo cual nos da buen
ejemplo
La piedad práctica de Dorcas
sembró una semilla en el corazón de esas viudas que dio después fruto para la
gloria de Dios. Cuando una mujer hace misericordia a los no creyentes, hallará
sin duda la oportunidad para testificar de su fe. Entretanto, debe servirles
con amor, como al Señor.
3. En sus negocios. La mujer virtuosa de
Proverbios 31 nos da ejemplo en esto. ¿Qué hace ella? Ella trabaja con sus
manos la lana y el lino (v. 13), y cuida sus negocios (v. 18). "Aplica su mano
el huso, y sus manos a la rueca" (v. 19). Ella "hace telas, y vende,
y da cintas al mercader" (v. 24).
No está vedado para la mujer de Dios
ocuparse en estas cosas. Al contrario, puede ser de bendición para su marido y
para sus hijos, el contar con algunos recursos para atender a necesidades
especiales de
Las posibilidades de incursionar en ámbitos
extra hogareños se harán más viables una vez que los hijos hayan crecido.
Entonces encontrará formas de acción que, junto con darle ocasión de
realización personal, le ayudará a mitigar el vacío que los hijos van dejando
tras su partida del hogar. Y sobre todo, le permitirán ejercer plenamente su
ministerio como mujer que ama a su Señor.