MEDITACIÓN
CRISTIANA PARA CADA DÍA DEL AÑO
28 de enero
Dónde recostar la cabeza
"Cada uno se fue a su casa; y Jesús se fue al
monte de los Olivos" (Juan 7:53, 8:1).
Este es uno de los versículos
más tristes de
Aquél día, todos se fueron,
cada uno a su casa, pero el Señor del universo, el creador de todas las cosas,
no tenía dónde recostar su cabeza (Mateo 8:20). Él se fue al monte de los
Olivos.
¿Cuántas veces ocurrió esto
en sus 33 años? Podrá argüirse que en los climas tropicales las noches de
verano son agradables y que permiten pernoctar al aire libre. Sí, pero,
¿cuántas noches heladas también le sorprendieron a la intemperie? A la
medianoche, la temperatura puede ser todavía agradable, ¿pero al amanecer?
Pero eso no es nada al lado
del frío del silencio. Sólo su Padre, desde el cielo, atendía cada suspiro de
su corazón. ¡Oh, qué soledad y desamparo! ¡Oh, Maestro amado! El más digno de los hombres vivió como
un proscrito, como un réprobo entre los hombres. Allí en el monte no había
lugar para el deleite; no había una mano que acariciara su frente cansada.
Cuántas jornadas caminando
sin descanso concluyeron así. Cuántas noches velando, para poder traer a la
mañana siguiente una palabra fresca de consuelo y de perdón a los afligidos.
Sí, porque a la mañana siguiente había que perdonar a la mujer adúltera y
librarla de
Este es uno de los versículos
más tristes de