MEDITACIÓN
CRISTIANA PARA CADA DÍA DEL AÑO
30 de diciembre
No hay profeta con honra en su tierra
Mateo 13:53-58.
---El
Señor Jesús le concedió a Nazaret una honra que jamás los nazarenos soñaron.
Siendo una oscura ciudad de una región menospreciada, Nazaret albergó durante
varias décadas al Dios encarnado.
---Sin
embargo, él no estuvo allí como Dios-hombre, sino como el Hijo del Hombre. Su
sencillez fue tal, su asimilación a la condición humana fue tan perfecta, que
nada hizo pensar a los nazarenos que el hijo del carpintero fuese el Hijo de
Dios. Su ejemplaridad como hijo y como ciudadano no fue razón suficiente, en su
ceguera, para hacerles concebir tan grande pensamiento.
---Para
él el ser hombre era una cosa de la mayor dignidad, aunque en cuanto Dios pudo
haberlo tenido como cosa de poca monta. Por eso no rehusó vivir la restricción
de ser hombre, aún más, de ser un hombre anónimo, en una oscura ciudad. Todo
esto fue una expresión de amor y de humildad inefables.
---Sin
embargo, hay más notas que se suman a esta maravillosa sinfonía. Él no sólo
aceptó descender para vivir como un nazareno, sino
que aceptó ser menospreciado por la ciudad a la que él honraba con su
presencia. De modo que cuando, luego de haber comenzado su ministerio, él va a
Nazaret, la gente se maravilla de su sabiduría y sus milagros, pero no es capaz
de encontrar la explicación a todo eso. Antes bien, fue motivo de escándalo en
vez que de glorificar a Dios.
---Pero
en realidad, no debemos culpar a Nazaret de esa ceguera, porque es la misma
ceguera de todos nosotros. Nosotros también somos nazarenos en eso, y nuestra
ciudad también le ha rechazado. Nosotros no hubiéramos actuado diferente.
---Pero
el hecho de aceptar ser rechazado por los que amaba, y por los que él honró con
su presencia nos muestra algo más. Siendo él el Hombre ejemplar, aceptó la
humillación mayor para que ningún hombre después de él estime como ofensa el
ser rechazado así. Todo lo que él vivió, lo vivió en grado sumo, para que nadie
piense que su propio sufrimiento es mayor.
---¿Hay
alguien que fue rechazado injustamente? Jesús lo fue más. ¿Hay alguien que haya
sido traicionado por alguien muy íntimo? Jesús lo fue más. ¿Hay algún profeta
menospreciado entre los suyos? Jesús lo fue más. Así, la suma de todas las
injusticias, del rechazo, del olvido recayó sobre él, para que nadie se gloríe
en sí mismo, sino en él.
---Llegará
el día en que cada cristiano probará una gota de esas cosas, una gota de
rechazo, otra de traición. Pero entonces no habrá excusa para rechazar esa
copa; habrá un ejemplo mayor que mirar, para aliento y esperanza, para humildad
y paciencia. Si en el árbol verde hicieron esas cosas, en el seco ¿qué no se
hará? (Lc. 23:31).
---Así
como el Señor Jesús fue rechazado en Nazaret, cada cristiano será rechazado en
su medio. En nuestro caso, este será el método de Dios para hacer que pisemos
tierra y no nos envanezcamos.