MEDITACIÓN
CRISTIANA PARA CADA DÍA DEL AÑO
5 de diciembre
¿Jueces o libertadores?
"A este Moisés, a quien habían rechazado,
diciendo: ¿Quién te ha puesto por gobernante y juez?, a éste lo envió Dios como
gobernante y libertador por mano del ángel que se le apareció en la zarza"
(Hechos 7:35).
---Como
sabemos, Moisés fracasó en su primer intento de libertar al pueblo de Israel.
La causa de su fracaso se nos muestra aquí claramente – que él se levantó
como gobernante y juez de sus hermanos, en tanto que Dios quería enviarle (como
lo envió más tarde) en calidad de gobernante y libertador.
---Hay
una diferencia muy grande entre ser juez y ser libertador. En Moisés esa
diferencia era muy determinante. Cuando él se acercó para defender al israelita
de las manos del egipcio, mató al egipcio. Luego, cuando quiso poner paz entre
los dos israelitas que discutían, Moisés pensaba que sus hermanos comprenderían
que Dios les daría libertad por mano de él. Su actitud era la del príncipe que
se enseñorea de los demás, de aquel que cree ser algo ante sus propios ojos, no
la del libertador que desea aliviar sus cargas.
---Es
posible tener una actitud equivocada cuando nos relacionamos con nuestros
hermanos. Sin duda, es posible también tener la actitud del juez. Sin embargo,
Dios no nos ha llamado para juzgar. Hacemos violencia a sus conciencias,
asumimos el control de sus vidas, decidimos por ellos, ponemos pesadas cargas
sobre sus hombros. Pero debemos saber que Dios jamás nos encomendó esa misión.
---El
deseo de Dios es quitar sus cargas, liberar a su pueblo del dedo amenazador,
consolar a los afligidos, quebrantar los yugos de impiedad. Moisés tendría que
tardar cuarenta años en comprender eso. Él no fue puesto para enseñorearse del
pueblo de Dios, sino para servirlo en amor. Él tendría que ser vaciado de toda
la grandeza en que se crió, de su vana educación, de sus muchos triunfos.
Tendría que aprender, en el desierto, el oficio de pastor de ovejas, cómo
cuidar de la descarriada, vendar a la perniquebrada, y conducirlas a los mejores
pastos.
---En
la actualidad, hay muchos jueces y pocos libertadores. El dedo amenazador de
muchos se abate implacable sobre las cabezas de los amados de Dios, para
exigirles dádivas, para amenazarles con las penas del infierno si no les son
fieles, si no responden a sus expectativas particulares, si no agradan a sus
deseos de grandeza. Hay muchos jueces que quieren hacerse de un nombre, crear
imperios religiosos, a costa de los sencillos hijos de Dios; y entonces tendrán
que agobiarlos, atemorizarlos y utilizarlos para sus fines egoístas.
---El
Señor Jesús dice: "...el Hijo del Hombre no vino para ser servido, sino
para servir, y para dar su vida en rescate por muchos" (Mat. 20:28). Ser
servido, admirado, reverenciado y seguido, no es la meta de los siervos de
Dios; sino servir a todos, para que todos reciban de Cristo la porción que
necesitan; ser canales a través de los cuales el amor de Cristo, la gracia de
Dios y la comunión del Espíritu Santo se expresen y sacien todas sus
necesidades, especialmente la de la libertad.
---Libres
del temor y de