MEDITACIÓN
CRISTIANA PARA CADA DÍA DEL AÑO
30 de abril
Perder para ganar
"Así que, si el Hijo os libertare, seréis
verdaderamente libres" (Juan 8:36).
Mediante este texto de las Escrituras, el
Señor nos da la siguiente expresión: Cuanto mayor pérdida suframos por amor al
Señor, mayor es
En el conocimiento de Cristo Jesús como
nuestra vida, él nos enseña a renunciar a todo cuanto poseemos, incluso nuestra
propia vida.
Cuando recibimos esta Palabra de renuncia,
al principio el fardo se vuelve inmenso. Nosotros estamos sujetos a muchas
cosas, ligados afectivamente a muchas personas, principalmente a familiares y
amigos que tenemos en el mundo; sin embargo, es en esa pérdida que consiste
nuestra total libertad.
Retener, preservar o cuidar de lo que es
nuestro, nos lleva a servidumbre, pero despojarnos de ellas nos lleva a una
total libertad. ¡Aleluya! "Si alguno viene a mí, y no aborrece a su padre,
y madre, y mujer, e hijos, y hermanos, y hermanas, y aun también su propia
vida, no puede ser mi discípulo. Y el que no lleva su cruz y viene en pos de
mí, no puede ser mi discípulo. Así, pues, cualquiera de vosotros que no
renuncia a todo lo que posee, no puede ser mi discípulo" (Lucas 14:26-27,
33).
No hay pérdida mayor que la muerte, y es ése
el sentido de cargar la cruz como Jesús enseña. Cuando nos negamos a nosotros
mismos, llevamos nuestra cruz y lo seguimos, llevamos la muerte sobre nosotros,
sobre nuestras cosas, sobre nuestros afectos, sobre todo y sobre todos, y de
allí pasamos a gozar de la libertad que hay en Cristo Jesús.
El amor no busca sus propios intereses (1ª
Cor. 13:5), y cuando Jesús nos dice que es para renunciar a todo cuanto
tenemos, y aun hasta nuestra propia vida, él no está buscando su interés, sino
el nuestro. Él nos está amando y conduciendo a la verdadera libertad,
despojados de todo cuidado, ansiedad o preocupación, despojados de todo lo que
nos esclaviza.
El conocimiento de Cristo nuestro Señor es
la verdadera libertad: "Y conoceréis la verdad, y la verdad os hará
libres" (Juan 8:32). Conozca ese amor y esa libertad. La pérdida de
aquello que es temporal se volverá en ganancia de aquello que es eterno.