MEDITACIÓN
CRISTIANA PARA CADA DÍA DEL AÑO
27 de abril
Secretos de la oración personal
Del corazón.
"Debes aprender a orar de tu propio corazón y no de tu cabeza. La mente de
un hombre es tan limitada en su operación, que sólo puede enfocarse sobre un
objeto a la vez, pero la oración que sale del corazón no puede ser interrumpida
por la razón".
Más fácil que respirar. "Necesitamos conocer cómo buscar a Dios, y esto
es más fácil y más natural que respirar. Por medio de la oración puedes vivir
en la presencia de Dios con tan poco esfuerzo, como vives con el aire que ahora
estás respirando".
La actitud correcta. "Derrama el deseo de tu corazón delante del Padre, y espera en
silencio delante de él. Siempre deja un tiempo en silencio al orar, no sea que
el Padre celestial quiera revelarte su voluntad. Ven al Padre como un hijo
indefenso, herido por diversas caídas, destituido de la fortaleza para
permanecer en pie, o del poder para limpiarte a ti mismo".
Sin repeticiones. "No te cargues a ti mismo con repetición frecuente de formas ya
hechas u oraciones estudiadas. Es mucho mejor ser totalmente conducido por el
Espíritu Santo".
Sequía.
"No seas impaciente en tus momentos de sequía, espera con paciencia a
Dios; al hacer esto, tu vida de oración aumentará y será renovada. En abandono
y contentamiento aprende a esperar el regreso de tu Amado".
Entrega.
"Una fe grande produce una gran entrega. La entrega significa despojarse
de todos los anhelos o preocupaciones egoístas, con objeto de estar totalmente
a su divina disposición. Debes entregar tanto las cosas externas como las
internas. Olvídate de ti mismo; sólo piensa en Él. Al hacerlo, tu corazón
permanecerá libre y en paz".
El lactante.
"Cuando un niño bebe leche de su madre, comienza moviendo su pequeña boca
y sus labios; pero una vez que su alimento comienza a fluir con abundancia, se
queda quieto tragando sin ningún esfuerzo. ¿Quién podría creer que suavemente y
sin esfuerzo podemos recibir nuestro alimento como un bebé recibe su leche? Sin
embargo, cuanto más en paz se queda un niño, más alimento recibe. Es así como
tu espíritu debería estar en la oración, apacible, relajado y sin
esfuerzo".
Indignidad.
"Ten cuidado de no dejar que tu mente se detenga mucho en tu debilidad y
en tu inmerecimiento. Estos sentimientos excesivos surgen de una raíz de
orgullo, y de un amor a nuestra propia excelencia".
Jóvenes.
"Enseña a los jóvenes a orar, no mediante razonamiento o método, sino por
medio de la oración que sale del corazón, la oración que sale del Espíritu de
Dios, en vez del invento del hombre. Guiarlos a orar en formas pre-elaboradas creará enormes obstáculos; al esforzarte en
enseñarles el lenguaje refinado de la oración, los habrás descarriado. Y
ustedes, niños, hablen a su Padre celestial en su lenguaje natural. Aunque sea
simple para ti, no lo es para él. Un padre se agrada más de que le hablen con
amor y respeto, porque viene del corazón, en vez que con palabras elaboradas
secas y estériles". (Madame Guyon, 1648-1717).