MEDITACIÓN
CRISTIANA PARA CADA DÍA DEL AÑO
24 de abril
Dejando la niñez (3)
Una tercera cosa tratada por Pablo en 1ª
Corintios, y que deja entrever el nivel de inmadurez de la iglesia, tiene que
ver con los dones espirituales, y que está tratada en los capítulos 12, 13 y
14.
En relación a esto, una primera señal de
infantilismo es pensar que el don que cada uno tiene es el mejor. Por eso Pablo
enfatiza tanto en el capítulo 12 la idea de la diversidad (v. 4). No es un solo
don, sino muchos los que Dios ha dado a la iglesia, y todos han de funcionar
coordinadamente, y sobre todo, para la edificación del cuerpo.
Pablo menciona nueve dones del Espíritu, y
ubica a esos dones en el contexto del cuerpo. En seguida, prosiguiendo el
razonamiento, toca el tema del amor. Si no tenemos amor, veremos sólo nuestra parcela
individual, y no veremos la importante función de los demás. Ningún don se
basta a sí mismo, si no va impregnado en amor, porque el amor lleva al creyente
a salir de sí mismo para volcarse hacia los demás.
Finalmente, el razonamiento de Pablo nos
conduce a
La profecía es el objetivo de Pablo.
Mediante la profecía todo el cuerpo edifica a todo el cuerpo. A diferencia de
los dones del Espíritu –que no todos tienen–
todos sí pueden profetizar, todos tienen algo que han recibido de Dios para
poner delante de los demás.
El funcionamiento de los dones entre los
corintios parecía ser un ejercicio vanidoso y egoísta. En cambio, la profecía
tiene la ventaja de tocar a los demás creyentes, en un doble aspecto: el del
espíritu y el del entendimiento (vv. 14-16). Mediante
la profecía se edifica a los santos, al tiempo que se convence a los incrédulos
que eventualmente pudieran estar presentes en las reuniones de la iglesia.
El uso de los dones, así como la profecía,
deben tener como única meta la edificación de
Así como los corintios debían ver la
pluralidad en el ministerio apostólico (no sólo Pablo, sino Apolos
y Cefas), en cuanto a la edificación de la iglesia
también. No sólo un don, sino muchos, no sólo un miembros,
sino muchos, no sólo un profeta edificando a la iglesia, sino que todos son
profetas llamados a edificar y evangelizar.