MEDITACIÓN
CRISTIANA PARA CADA DÍA DEL AÑO
18 de abril
Para la gloria de Dios
"Aguarda a Jehová; esfuérzate, y aliéntese tu
corazón; sí, espera a Jehová" (Salmos 27:14).
Usamos muchas veces esta expresión:
"Que sea para la gloria de Dios, que Dios sea glorificado". ¿Cómo
Dios puede verdaderamente ser glorificado en nosotros? "En esto es
glorificado mi Padre, en que llevéis mucho fruto" (Juan 15:8).
Las Escrituras en 1 Reyes 18:42-44 nos
dicen: "Acab subió a comer y a beber. Y Elías
subió a la cumbre del Carmelo, y postrándose en tierra, puso su rostro entre
las rodillas. Y dijo a su criado: Sube ahora, y mira hacia el mar. Y él subió,
y miró, y dijo: No hay nada. Y él le volvió a decir: Vuelve siete veces. A la
séptima vez dijo: Yo veo una pequeña nube como la palma de la mano de un
hombre, que sube del mar. Y él dijo: Ve, y di a Acab:
Unce tu carro y desciende, para que la lluvia no te ataje".
Dios nos enseña por ese pasaje que mientras
no veamos su mano poderosa levantarse, debemos estar con nuestros rostros entre
las rodillas, esperando.
Aunque nos levantemos siete veces a mirar,
no debemos jamás hacer cosa alguna, actuar en nuestras fuerzas, en
La inclinación de la carne resulta en
muerte, y no puede agradar a Dios: "Porque los que son de la carne piensan
en las cosas de la carne; pero los que son del Espíritu, en las cosas del
Espíritu. Porque el ocuparse de la carne es muerte, pero el ocuparse del
Espíritu es vida y paz ... y los que viven según la
carne no pueden agradar a Dios" (Romanos 8:5-6, 8).
Pero nosotros no estamos en la carne, sino
en el Espíritu. Es por el Espíritu que debemos andar para no cumplir la codicia
de la carne: "Digo, pues: Andad en el Espíritu, y no satisfagáis los
deseos de la carne" (Gálatas 5:16).
Elías, como dice el pasaje de Santiago 5:17,
era un hombre sujeto a las mismas pasiones que nosotros. Era débil y necesitado
como nosotros, pero frente a la necesidad oró al Señor y esperó en él. Oremos
al Señor y esperemos en Su providencia. Sólo así Él será glorificado.