MEDITACIÓN
CRISTIANA PARA CADA DÍA DEL AÑO
6 de abril
La madurez de Betania
"Y le hicieron allí una
cena; Marta servía, y Lázaro era uno de los que estaban sentados a la mesa con
él. Entonces María tomó una libra de perfume de nardo puro, de mucho precio, y
ungió los pies de Jesús, y los enjugó con sus cabellos; y la casa se llenó del
olor del perfume" (Juan 12:2-3).
Betania era una aldea situada a unos
El nombre Betania quiere decir: Casa de
higos. En Jerusalén, figurada por la higuera (Mat. 21.19), el Señor Jesús no
encontró fruto, pero en Betania sí. Betania nos muestra claramente también el
crecimiento de la iglesia del Señor. La primera vez que Jesús fue recibido en
casa de Marta, María y Lázaro, él encontró allí a sus amigos, pero aún con
varias necesidades y muy inmaduros (Luc. 10:38-42).
Jesús les amaba, por eso les enseñó. Primeramente
a Marta. Ella era muy servicial, pero en su inmadurez quería que Jesús y los
que estaban con él, le reconociesen su trabajo. Necesitamos de aquéllos que
sirven en la iglesia, pero al principio somos muy infantiles, y queremos
atención y reconocimiento del Señor y de otros por nuestro trabajo.
En Lucas 10, Lázaro no es mencionado, ¿por
qué? En la iglesia del Señor, sólo es contado aquel que tiene la vida de
resurrección. En Juan 11, vemos como Jesús dejó que su amigo muriese, para
después ser resucitado. Nosotros también tenemos que pasar por
El tercer personaje es María. María estaba
sentada a los pies de Jesús oyendo su palabra. Es verdad que la posición de Maria era mejor que la de sus otros dos hermanos, pero el
Señor nos enseña algo muy importante aquí también.
Tenemos que recordar que María también era
inmadura. El Señor nos enseña aquí que no podemos estar en la iglesia solamente
sentados a sus pies oyendo su palabra. Es necesario también practicarla. Muchos
oyen y oyen, pero no la ponen por obra: "Pero sed hacedores de la palabra,
y no tan solamente oidores, engañándoos a vosotros mismos" (Stgo. 1:22).
En Lucas 10 tenemos la iglesia del Señor
inmadura, pero en Juan 12 podemos verla madurada. Marta continuaba sirviendo,
pero ahora haciéndolo de corazón para el Señor. Lázaro estaba ahora sentado con
él a la mesa, y María no solamente oía su palabra, sino que derramó su vida a
los pies de Jesús.
Que el Señor nos haga crecer en la gracia y
en el conocimiento de él, para que él encuentre en nosotros una Betania madura.