MEDITACIÓN
CRISTIANA PARA CADA DÍA DEL AÑO
5 de abril
Guiados por el Espíritu
"Porque todos los que son guiados por el Espíritu
de Dios, éstos son hijos de Dios" (Rom. 8:14).
En el original griego encontramos dos
palabras para definir un hijo de Dios: teknós y huiós. Los teknós son todos los
hijos recién nacidos, los bebés o niños en Cristo, y los huiós
son los hijos maduros.
Cuando nacemos de nuevo ya tenemos el
Espíritu, pues somos nacidos del Espíritu, pero todavía no aprendemos a ser
guiados por el Espíritu. Nuestras facultades aún no están ejercitadas.
En el comienzo, la mayoría de las veces
somos guiados por la carne, acarreándonos muchos problemas a nosotros mismos y
a los demás: "De manera que yo, hermanos, no pude hablaros como a
espirituales, sino como a carnales, como a niños en Cristo. Os di a beber
leche, y no vianda; porque aún no erais capaces, ni sois capaces todavía"
(1ª Cor. 3:1-2).
El propósito del Señor es que crezcamos
espiritualmente, y no nos quedemos como niños inconstantes, y para esto él
proveyó para sus hijos toda la suficiencia a través del Espíritu, mediante el
ministerio de la Palabra y de los santos perfeccionados, de los hijos maduros
(Efesios 4:11-14).
Para entender esto, tenemos que ir al libro
de Hechos capítulo 6, donde el Espíritu destaca a dos de ellos: Esteban y
Felipe. Esos dos hermanos fueron escogidos junto con otros siete para se
encargasen de servir a las mesas. Estos eran huiós,
hombres de buena reputación, llenos de Espíritu Santo y de sabiduría; hombres
que servían a la iglesia, pero no sólo esto: eran guiados por el Espíritu
Santo.
Esteban fue el primer mártir de la iglesia.
Él hacía grandes señales y prodigios entre el pueblo, cuando se levantaron
algunos de la sinagoga de los cirineos, lo apresaron y lo llevaron al sanedrín
para después apedrearlo (Hechos 7). Luego el capítulo 8 habla de Felipe
predicando la Palabra en Samaria y yendo después a Gaza para encontrarse con un
eunuco etíope, predicándole a Cristo.
Felipe salió a predicar después de la
persecución. ¿Y Esteban? ¿Dejó su ministerio entre las viudas para hacer cosas
que no debía y por eso fue muerto? ¿Se rebeló contra la autoridad de los
hermanos y dejó sus quehaceres para seguir sus propios deseos? No. Ellos eran
hombres llenos del Espíritu; por tanto, guiados por el Espíritu.
Todo hijo huiós,
como nos enseña Romanos 8.14, es guiado por el Espíritu. Todo el que es guiado
por el Espíritu no se inclina a las cosas de la carne, sino a las cosas del
Espíritu (Rom. 8:5). Todo hijo maduro se vuelve
efectivo tanto para con la iglesia del Señor como para el Señor mismo; tanto
para los hombres como para Dios.
Por eso un hijo huiós
no puede ser establecido ni controlado por hombres. La iglesia tiene un cabeza,
y todo proviene de Él. Los hijos huiós son guiados
por el Espíritu, por eso deben obedecer al Espíritu, y estarán obedeciendo a
Aquel que es
Los hijos huiós
ayudan a que los hijos teknós crezcan para ser
también guiados por el Espíritu y se vuelvan efectivos tanto para Dios como
para los hombres, y así sirvan, como Jesús, delante de Dios y delante de los
hombres.